Se habían marchado, sus amados hijos volaban de incognito hacia los Estados Unidos bajo el resguardo de personas intocables y poderosas, y Victoria se sentía reconfortada de saberlos lejos, el timbre estaba sonando y acudiendo hasta la puerta la rubia pudo ver a Alessia sonriéndole en la entrada.

— Te tardaste, casi creí que me habías abandonado. — dijo Victoria entre risas.

—Vamos, no seas tan dramática, ahora que se han ido es momento de una noche de chicas…en el museo. — dijo Alessia como broma.

Victoria miró a la chica que se había convertido en una mejor amiga junto a Becca, sabia bien, aunque no se lo dijera, que Laurent y ella se habían involucrado finalmente y estaba más que feliz por ello, consideraba que el carácter firme y decidido de la médica le sentaría excelente al hermano mayor de su amado, mirando su mano, pudo admirar aquel hermoso anillo…un anillo de promesa.

— Becca tardara un poco más en llegar, les agradezco sinceramente por acompañarme a la exposición, ahora, ¿M