— ¡Felicidades! —

El sonido de una botella de vino espumoso abriéndose rompió los muchos pensamientos de su mente, todo su equipo de trabajo celebraba su nuevo éxito, una vez más, las entradas a su concierto se habían agotado y las reseñas de los medios alababan su talento, sin embargo, Victoria no se sentía con ánimos para celebrar, al menos no esa noche, de igual manera, no le apetecía ni un poco ni podía brindar con ninguno de ellos, sus ojos grises se habían perdido en los de Laurent que la miraban fijamente, era uno de los invitados VIP, por ende, estaba en la obligación de atenderlo.

— Te ves hermosa. —

Su voz varonil y tranquila era la misma que recordaba de siempre, sin embargo, aquel hombre al que una vez amo como un gran amigo, no era el mismo de siempre, sus ojos se cristalizaron al mirar aquella cicatriz que había quedado como un recuerdo permanente de lo que ocurrió aquel día en que Lorenzo acudió a su rescate y fue capaz de disparar contra su propio hermano.

Sentimientos