Una semana después, el curador de arte visitó el estudio de Gabriele para ver su trabajo de cerca. Al observar los cuadros, se mostró visiblemente impresionado por su talento, destacando lo único y maravilloso de su estilo. Examinaba con atención cada obra analizando meticulosamente las técnicas, la pintura de Gabriele no seguía un patrón convencional; su estilo era propio, una fusión entre lo emocional y el realismo expresivo. Había una intensidad palpable que emanaba del lienzo.
— ¡Vaya! este trabajo tiene algo tan… fascinante. Las capas, la textura. ¿Cómo logras este efecto tan único? Preguntó el curador.
— Uso una técnica mixta que combina óleo y acrílico. La mezcla de ambos les da una profundidad única a mis cuadros. ---Respondió Gabriele, con una voz emocionada.
— Impresionante, estoy de acuerdo contigo, el óleo da esa sensación de profundidad sutil, mientras que el acrílico aporta la energía y dinamismo a la obra. ¡Qué interesante!.
Marco se detuvo de repente frente a un cuad