~Lira~
Empujé la puerta y salí al pasillo. La fiesta seguía. Ruidosa. Borracha. Caliente. Apenas podía ver a través de la neblina de luces, sudor y cuerpos en movimiento. La música retumbaba a través de las paredes. Alguien gritó desde arriba.
No me detuve. No miré hacia atrás. Caminé rápido, agarrando el dobladillo de mi vestido como si eso pudiera mantenerme unida. Mis bragas estaban arruinadas. Pegadas a mí como pegamento. Podía sentir el desastre que había hecho de mí misma cada vez que me movía. Mojada. Caliente. Cruda.
Una mano se extendió. Intentó agarrar mi cintura.
—Oye, nena, ¿a dónde vas…?
—No me toques, maldita sea —espeté.
El tipo retiró la mano como si lo hubiera quemado. Bien. Porque yo estaba jodidamente ardiendo.
Me abrí paso empujándolo, pasando a una pareja frotándose contra la pared, a dos chicas lamiéndose algo del pecho, a un tipo de rodillas mientras alguien se sentaba en su cara. Cada imagen me golpeaba como un puñetazo en el estómago.
Mi corazón latía con fuerz