~Lira~

Di un paso tembloroso hacia atrás, con el corazón acelerado, el pecho jadeando, el coño goteando como si a mí también me hubieran follado. Mis piernas temblaban. Mis palmas sudaban. Todo mi cuerpo ardía.

¿Qué demonios estoy pensando? No debería estar viendo esto. No debería estar sintiendo esto. Pero lo estaba. Estaba palpitando. Palpitando por lo que le estaban haciendo. Palpitando por lo que quería que me hicieran a mí.

Joder, sí… No. No. Mierda. No.

Me pasé ambas manos por el cabello, temblando tanto que casi pierdo el equilibrio. Esto no soy yo. No vine aquí para esto.

Forcé mi boca a moverse. Forcé mi voz a elevarse por encima de los gemidos, gruñidos y sonidos húmedos obscenos que rebotaban en las paredes.

—¡Natasha!

Ella no levantó la vista. El hombre detrás de ella gruñó, la embistió con más fuerza. Su gemido se quebró por la mitad como un sollozo.

—¡Natasha! —espeté más fuerte, caminando más adentro de la habitación como si pudiera arrastrarla físicamente fuera de esta