Capítulo 31. Mundos Opuestos.
POV Jeremy.
Los días se arrastraban con la pesadez de una losa. El eco de la puerta cerrándose tras Mía resonaba en cada rincón del apartamento.
El silencio era ensordecedor, me levantaba cada mañana con una sensación de vacío que ni el café más fuerte lograba disipar. Mi carrera estaba hecha pedazos, mi matrimonio en escombros. La vida que había construido se había desmoronado por completo.
En la mañana, el timbre de la puerta me sacó de mi letargo. Era Roger Vance, el director de operaciones. Su expresión era grave.
—Jeremy, necesito hablar contigo —dijo, su voz era cautelosa. Entró sin esperar una invitación, llevando una carpeta en la mano.
—¿Más malas noticias, Roger? ¿Vienes a decirme que mi padre quiere que diseñe un nuevo perfume con olor a fracaso? —pregunté con sarcasmo, sintiendo el ardor de la amargura en mi garganta.
Vance no sonrió. —Esto es serio, Jeremy, Mía te ha enviado una notificación.
Puso la carpeta sobre la mesa de café, deslizándola hacia mí.
Mi corazón se apre