Ryden se niega a dejarme hablar con Maddox. La casa está extremadamente silenciosa sin la charla constante de Lucas, y me siento sola.
Han pasado dos días. Ryden permanece en su oficina la mayor parte del día, evitándome.
Decidiendo que no voy a quedarme atrapada en esta casa vacía sola, me conecto mentalmente con Lucas.
—Hola, Calabacita —saluda Lucas al conectarse el enlace.
—No me llames así —replico, rodando los ojos.
—¿Qué pasa? —pregunta, y puedo notar que está en forma de lobo; su voz suena un poco distorsionada y apagada.
—¿Has hablado con mi madre? —le pregunto, y guarda silencio. —¿Lucas? —insisto.
—Ryden me dijo que la echara del territorio de la manada, tiene hasta el final del día para confesarle todo a tu padre o simplemente irse. Le dije que se fuera hasta que él se calme —suspira Lucas.
—¿Qué dijo ella? Ni siquiera ha intentado contactarme, he tratado de comunicarme con ella, pero bloquea el enlace y me ignora —trato de no mostrarle el dolor por el enlace.
—Está molest