Elara
¿Cómo puede decir eso cuando sé que los hijos estarán fuera de discusión? No puedo pedirle que haga ese sacrificio por mí.
— Lo dices ahora, pero… —sus labios cortan mi protesta al devorar los míos. Su lengua recorre mi boca, cerrándome por completo, por ahora. Kora también ha estado callada, ni siquiera ella se siente merecedora de él cuando no podemos darle lo único para lo que sirven los compañeros—. ¡Alfa! —murmuro contra sus labios antes de que gruñe, apartándose.
— Llámalo una vez más y te dejaré el trasero rojo, Ellie. No soy tu superior. —Sus ojos son como caramelo hirviendo mientras me fulmina.
Mi rostro arde y giro la cara para evitar su mirada penetrante.
— Necesitas a alguien…
Sus yemas agarran mi barbilla, inclinándome de nuevo hacia él, solo que ahora es Maddox quien me mira, habiendo salido a la superficie. Kora se remueve nerviosa, asomándose por mis ojos. La preocupación me carcome después de anoche, pero parece lo bastante calmado.
— Basta de hablar de qu