Elizabeth
Estábamos alejándonos de la ciudad, me asusté mucho y él detuvo el auto.
- Dirás lo que yo te diga o le vuelo la cabeza a tu hijo, ¿entendido?
- Sí.
– Coge tu teléfono y les dirás que dejen 1 millón de dólares en efectivo en la carretera 22, justo después de la señal del km. ¡Pídeles a tu amigo maricón que lo lleve hoy a las 17:00 y que esté solo... de lo contrario tú y tu hijo morirán! ¿Bien?
- Sí señor.
Llamé a Ángela que había sido la última llamada registrada y debí saber lo que estaba pasando.
- Fu... fui secuestrada... - Antes de que pudiera terminar, me dio un grito.
- ¡Sé, más práctica estúpida! A esta altura ellos ya lo saben.
- Quiere un millón de dólares en efectivo, Kyara debe dejarlo en la carretera 22 después de la señal del kilómetro y necesita estar solo hoy a las 17:00.
Tomó el teléfono de mi mano con mucha violencia.
- ¡Espero que hayan entendido todo, si traen a la policía yo acabo contigo, puta!
[...]
Ángela había puesto la llamada en el altavoz y todos s