Ramona llegó a su oficina derribando todo lo que estaba sobre la mesa.
- ¡Maldición! Por el imbécil de Fernando, ahora Maciel va a quedar deshecho de mí y de mis intenciones. Como yo soy burra!!!!
Francisca era la mujer que servía café en la empresa, una persona educada y siempre dispuesta a ayudar a los demás, como la puerta estaba abierta ella ya fue entrando con la bandeja en las manos y sin imaginar el humor que la esperaba.
- Te traje un cafecito de la manera que le gusta a la señora doña Ramona, fuerte y sin azúcar.
- Pon todo el café en el medio...
Respiró profundamente y se frotó la frente para calmarse.
- ¡Vete de aquí, no quiero nada por ahora... vamos... vamos!
Ramona
Prevenido o no, Maciel te voy a doblegar, si la jovencita fue capaz de hacerte el tonto, imagina yo que domino ese arte como ninguna otra.
Maciel
Volví a mi oficina, no quería pensar en la posibilidad de que Fernando estuviera teniendo una aventura con esa accionista. Ángela ya había pasado por suficiente sufr