Perdones

Mientras caminábamos por los pasillos Apolo no me soltó la mano ni un solo segundo, me la tenía agarrada y en ocasiones la apretaba en señal de protección. Después tendría que ver cómo le agradecería todo esto, un simple "gracias" no bastaría. Nos detuvimos frente a una puerta que ponía en un cartel "Sala 4"

-Tranquila, si está aquí y no en sala de urgencias quiere decir que no está en estado crítico y que algo ha mejorado desde que llegó, voy a estar esperándote acá afuera, cualquier cosa que necesites solo tienes que avisarme –me abrazó con todas sus fuerzas y me abrió la puerta, la caballerosidad nunca la perdía, ni siquiera en momentos así y era algo que le agradecía porque ese simple gesto ahora mismo para mí significaba mucho.

Cuando abrió la puerta vi dos hileras de camas unas frente a las otras, separadas por cortinas, era una especie de cubículo con varias camas para los pacientes. Al lado de cada cama había una silla que para nada se veía confortable. Respiré h

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