-Apolo, cielo, no te demores más que vamos a llegar tarde –le grito desde la sala para que me escuche bien y a los pocos segundos aparece enfrente de mí
-Disculpa cielo, es que no encontraba mi móvil, ¿cómo sigues? ¿te has mejorado algo?
-La verdad muy poco, me encuentro bastante mal –llevo ya unos cuantos días enferma, mi estómago duele a cada rato, vomito a cualquier hora, estoy cansada todo el tiempo, hasta he bajado un poco de peso. Por eso es que hoy Apolo y yo vamos al hospital para que me realicen unas pruebas y estudios que nos indicó nuestro médico para descubrir qué es lo que me tiene así, cuál es la causa de tantos malestares
-¿Estás nerviosa cielo? Sé que después de que casi mueres los hospitales no se han convertido en tu lugar favorito precisamente
-Estoy bien, solo un poco ansiosa –Apolo tenía razón, desde ese entonces no soporto el olor ese particular que tienen los hospitales y la vibra que me transmiten es horrible, no quisiera tener que ent