—¿Y bien? ¿Cuándo es que te vienen a buscar? A ver si me da tiempo a robarte un rato más. Entre tu padre y tu novio, dentro de poco voy a tener que mandarte señales de humo para poder verte.
Leticia se rio. Era increíble cómo Cassandra hacía mucho más papel de madre… que su propio padre. Solo que esta vez no podía quedarse mucho a su lado. El plan de ese día había sido repasado tantas veces que, si fallaba, era porque estaba para fallar. Al menos a ella le habían dado algunas horas para que fuera a la graduación. Miró a lo lejos.
—Ya deberían estar aquí— vio la mueca que hizo Cassandra— Voy a marcarle a Rayan, quizás pasó algo.
Comenzó a llamarlo cuando escuchó el tono de él… muy cercano, y se giró sobre sí misma encontrando que… ese mismo alfa al que estaba llamando estaba a pocos metros, recostado contra un auto negro… y un ramo de rosas rojas en sus manos.
Leticia bajó lentamente el celular, sin creer lo que estaba viendo. A su lado escuchó a Cassandra chiflar.
—Vaya, se lució. Se