La noche había caído mucho antes de lo que querían. El grupo ya se había desplazado y, aunque no había movimiento en el puerto Feder, todas estaban al tanto de la situación.

Leticia se mantuvo en silencio detrás de Rayan. Ellas estarían a cargo del segundo grupo, mientras Gavel y el primer grupo harían la distracción para abrirles el camino. Más atrás tenían un tercer grupo de apoyo en caso de emergencia. Tenían todos los datos, pero cualquier cosa podría venirse abajo.

Nadie decía nada, pero sus cuerpos estaban en total alerta. Todas las alfas habían tomado supresores, así como rociado bloqueadores de feromonas para ocultar su presencia y para no alterar a los omegas que estaban adentro y que seguramente estaban muy asustados.

Así estuvieron al menos tres horas sin moverse, esperando el momento indicado, hasta que comenzaron a ver luces.

—Estén atentos— Rayan habló por su comunicador y la información se repartió al resto que tenía cada uno de los miembros.

Poco a poco comenzaron a ap