Al día siguiente, estabamos en la oficina de los abogados de Marco, viendo como se sentaba con nosotros una mujer de más o menos mi edad, muy bien arreglada vistiendo demasiado moderna. Cuando los abogados entraron, se sentaron enfrente de Marco y de mi sacando unos documentos de una carpeta
— Señor Torino ¿le ha dicho a su esposa que va a firmar? — le preguntó uno de los abogados
— Si Carlos, por favor tengo que volver a la clínica, ¿podemos aligerar este asunto? — preguntó Marco
— Si claro, solo decirle que esta señorita es Carla Montalvo, ella será la cuidadora de Lucas Torino, el hijo de mi cliente, decirle señora Torino que si se acerca o intenta ver al pequeño, mi cliente al tener custodia total, la podrá denunciar sin importarle que le pueda suceder a usted, Ahora solo tiene que firmar los documentos y hemos terminado — dijo el abogado
Con las manos temblorosas y sin dejar de mirar a esa mujer, cogi el boligrafo que me dieron para firmar, abriéndose la puerta de la sala de pron