UNA REINA EN EL CORAZÓN DEL REY. CAPÍTULO 37. Guerra no
Hasan juraba que no era el único que perdía el aliento viendo a Giulia con aquel uniforme de la Guardia Real, solo estaba agradecido de que todos los demás hombres en aquella sala pasaran de los setenta años o si no la crisis de celos sería completamente inevitable.
Se acercó a ella tratando de buscar un solo signo en su expresión de que no estaba bien, pero aquella mujer parecía tan fuerte y segura como siempre.
—Te dije que te quedaras descansando —le susurró con preocupación.
—A estas alturas ya deberías haber entendido que nunca te haré mucho caso —le sonrió Giulia—. Y que tampoco te dejaré solo en los momentos más delicados, así que…
Hasan contuvo el aliento y la sonrisa a la misma vez mientras le hablaba a uno de los Alto Visires.
—Señor Mohamed, ¿qué contempla la ley como castigo para reinas desobedientes? —preguntó sin dejar de mirarla a los ojos y todo el Parlamento se revolvió nervioso.
—Bueno… este… según la ley se establece un castigo de… este… de… azotes, Su Majestad —mur