—Claro. —Diego miró la respuesta de Irene y comenzó a escribir rápidamente.
Al ver que no le prestaba atención, Vicente sacó su teléfono y revisó. Encontró la conversación con Estrella.
No había muchos mensajes, solo un agradecimiento de Estrella por la ropa que le había dado...
¡Eso es! ¡La ropa! Vicente se iluminó; ¡Estrella aún no le había devuelto su ropa! ¿Eso significa que ahora tiene una razón para hablarle?
—Diego, ¿puedes decirle a Irene que... —gritó emocionado. Justo en ese momento, Diego levantó la vista.
—Por cierto, Ire dijo que Estrellita te devolverá tu ropa y me la llevará a la oficina. Cuando la tenga, te la paso.
Vicente no quería hablar más, pero Diego seguía preguntando.
—¿Qué me dijiste que le dijera a Ire?
—Nada. —Vicente respondió de manera cortante.
Diego asintió y volvió a concentrarse en su conversación con Irene, feliz.
—¿No vas a comer? —Vicente no pudo evitar preguntar.
—Come tú, no te preocupes por mí. —Diego no levantó la vista.
En otra habitación, Bella