—¿Qué piensas? Diego tiene un vínculo emocional con Irene y, tras haber cometido errores en el pasado, quiere enmendarse. Por eso, no duda en ofrecerte acciones. ¿Ezequiel podría hacer lo mismo? —Joaquín la miró con curiosidad.
—¿Y con eso pretende conquistar a Irene?
—Lo normal sería que no te diera nada. Aparte de Diego, ¿cuántos hombres estarían dispuestos a entregar su fortuna por perseguir a alguien? Son contados. —Joaquín se expresó con resignación.
—Entonces, dile que deje de soñar.
—Hablando con honestidad, Irene es una gran chica, pero no es una diosa que haga que la gente se muera por ella. Ezequiel es un hombre maduro; a su edad, el amor no es todo en la vida...
—¿Hablas de Ezequiel o de ti mismo? —Bella lo miró.
—¿Acaso yo soy igual que él? Nuestras situaciones son completamente diferentes. —Joaquín se sorprendió y se apresuró a aclarar.
—Parece que accidentalmente soltaste lo que realmente piensas. ¿Qué es el amor para ti? ¿Un pasatiempo? ¿Y yo qué soy? ¿Un objeto de juego