Capítulo 0442
Ezequiel no dudó ni un segundo y envió varias colecciones de joyas a través de Bella para que se las entregara a Irene.

Bella, que no tenía en buena estima a Ezequiel, no quería actuar de intermediaria. Además, Irene no era una persona que se dejara llevar por el dinero; si recibía joyas de su parte, seguramente se enojaría con ella.

Así que Ezequiel decidió ir personalmente a Majotán. Al encontrar a Irene, se presentó para disculparse.

—¿Por qué te disculpas? —Irene lo miró con sorpresa.

—La última vez, mi hija Nieves te insultó en el hotel. Después de pensarlo bien, sentí que debía disculparme contigo...

—¿No habíamos dejado eso atrás? —Irene suspiró, resignada.

—No, eso no es suficiente. —Ezequiel insistió—. Reflexioné y creo que debía venir a ofrecer una compensación. Esto es un gesto de disculpa.

Dicho esto, alineó varios estuches de joyería frente a Irene.

—¿Qué significa esto, señor Alvarado? —Irene ni siquiera sentía ganas de abrirlos.

—Primero quiero hacerte algunas preguntas.
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