Habían pasado dos semanas y Dustin se sentía frustrado mientras recibía un extraño sobre que venía dirigido a Anton, se encontraba tentado a abrirlo al igual el siempre abría la correspondencia de su jefe, pero sentía que ese sobre no era cualquier correspondencia no traía remitente.
Negó con su rostro y se dirigió a la oficina de Anton con desasosiego y ansiedad, aunque habían buscado incansablemente era como si a Yalens y su madre se las hubieran tragado la tierra, había una ficha en el puzle que todavía no lograba encajar.
Suspiro, “¡Señor ha llegado, este sobre!”
Y ahí estaba Anton su vida era como una gran fila de fichas que habían comenzado a caer y aunque intentaba detenerlo no lo lograba, con el fin de año buscar a Yalens se había convertido en un desafío el cual no lograba superar.
El humo de su cigarrillo invadía el cuarto oscuro en el que se había convertido su oficina.
“¿Cómo amanecieron las acciones?”
Dustin siguió y deslizó el sobre por el escritorio de Anton