Capítulo 073. Las emisarias.
Yalens y Samuel patinaban en la hermosa pista de hielo del Jardín del Hermitage, un oasis de blancura y alegría. Yalens levantó a la pequeña Isabella en sus brazos, girando suavemente con ella mientras la risa de la niña resonaba en el aire gélido.
—¡Bella es tan juiciosa contigo! —comentó Samuel, deslizándose a su lado con una sonrisa, atento a que nadie se acercara demasiado. —¿Cómo lo logras?
Yalens besó la mejilla sonrosada de la niña. —¡Bella ama a la tía Yalens! ¿Cierto, princesa? —le susurró, y la niña le sonrió, sus hermosos ojos verdes mirándola con adoración.
Samuel la observaba con un brillo y un amor oculto. —Serás una buena madre —susurró, con un tono que no pudo disimular su anhelo.
Una punzada de dolor cruzó el rostro de Yalens. —Sabes, hasta el año pasado lo pensé... tener hijos, formar una familia. Pero ahora... ahora estoy en un proceso de divorcio.
—Eres joven, hermosa. Puedes volver a conocer a un hombre que te valore y te ame como lo mereces —le aseguró S