Capítulo 094. Nuevo florecer.
El vapor cálido envolvía el baño, danzando en espirales desde la tina de porcelana. Adentro estaban Anton y Yalens.
Ella con la curva de su vientre asomando apenas sobre el agua espumosa, cerro sus ojos, dejando que el calor la relajara.
Había algo en el agua, en esa suave ingravidez, que por un momento la liberaba del nudo de tensión que se había instalado en su pecho aquella madrugada.
Anton, ubicado detrás de ella, pasaba una esponja suave por su hombro y espalda, con movimientos lentos y deliberados. No había prisa, cada roce, cada caricia, eran un acto de amor y de cuidado, una promesa silenciosa de que todo estaría bien.
Con todo lo sucedido solo quería convertirse en un pilar en el que Yalens no tuviera dudas de confiar. En su esposo real.
—¿Estás cómoda? —susurró, su voz grave y tranquilizadora.
Yalens asintió, una leve sonrisa curvo sus labios.
— Es… perfecto. —murmuró pero las dudas flotaban al igual que la espuma —¿Cómo me encontraste? ¿Sabes todo?
Él noto