Capítulo 70
Con dificultad, Maximilian se levantó del suelo. Sus piernas temblaban un poco, no solo por la caída, sino por la carga emocional que llevaba. Avanzó hacia su minibár, sintiendo que necesitaba algo que lo ayudara a aclarar la mente y enfrentar sus sentimientos. Abrió la puerta del bar y se sirvió un trago generoso. Mientras inclinaba la copa hacia sus labios, el líquido ardiente descendió por su garganta como un fuego que encendía sus entrañas.
Era un alivio momentáneo, pero no podía ahogar su dolor de esa manera. Con un profundo suspiro, dejó que la copa cayera de sus manos, escuchando el sonido del cristal contra el suelo.
En ese instante, el llanto lo arrastró, liberando una oleada de emociones que había mantenido a raya.
Las lágrimas caían por su rostro, cada una llevándose un poco del peso que había estado cargando. Lloraba por la pérdida de lo que una vez fue, por la confusión de lo que podrían haber sido, y por el profundo amor que aún sentía por Amelia, a