66. A Kathia no le gusta lo que ve
— ¿Está todo bien? — le preguntó él tan pronto Vanessa cerró la puerta.
Kathia asintió con una sonrisa torcida.
Había algo en esa mujer que a ella no la terminaba de convencer, pero tampoco quería parecer que estaba celosa, sobre todo cuando estaban viviendo días increíbles y maravillosos.
— Está todo perfecto — se inclinó para darle un beso en los labios al tiempo que él le acariciaba seductoramente las piernas, y ascendía hasta que sus manos desaparecían por entre su camisa.
El abdomen de Kat se contrajo por el repentino cambio de temperatura y emitió un sonidito que a Cassio le pareció de lo más divino.
— Me encanta tenerte aquí — admitió contra sus labios, jactándose de su sabor amielado, y en el instante en el que quiso subirle la camisa, ella lo detuvo sonrojada.
— ¿Qué haces? — musitó, sonriendo como quinceañera —. Recuerda que he venido aquí a trabajar y no por placer.
— Puedes hacer tu trabajo perfectamente, mientras soy yo quien te da placer — le dijo, incorporándose e incli