202. No me dejes sola
Satarah se despertó pero frunció el ceño enseguida al ver que Dimitry no estaba acostado a su lado en la cama.
—¿Dónde está?
Apartó la frazada que cubría su cuerpo y no se molestó en colocarse sus pantuflas al ponerse de pie.
Pronto escuchó el susurro de la voz de Dimitry en el balcón, sus ojos no se perdieron de la tensión en su cuerpo.
Estaba molesto por alguna razón que seguramente después le contaría pero ahora mismo ella estaba hambrienta. Aunque quizás esa no era la palabra, antojada.
—Espero que Ava haya dejado un poco de Medovik.
Casi podía saborear en sus boca la dulzura de la capa fina del bizcocho con sabor a miel y a leche condensada.
Su hija lo había devorado esa tarde pero ella apenas había comido algo ante la ansiedad de que Dimitry no hubiera llegado pero evidentemente ahora si está muriendo por comerlo.
Dio un último vistazo de Dimitry quien estaba maldiciendo por lo bajo no queriendo despertarla.
"Demasiado tarde."
Satarah salió a hurtadillas de la habitación bajando