Ambos chicos sabían lo que la desaparición de Miley en la habitación y el ruido de vidrios romperse significaba. Por eso, habían dejado a un lado el enojo y culpa que sentían, para enfocarse en Miley.
— ¡Déjenme sola! — grita haciéndose un corte.— No te voy a dejar sola. Ábreme la puerta, soy yo, tu familia. Quien está siempre para apoyarte.— Yo no tengo familia. Soy una huérfana que no tiene derecho a ser feliz. — dice en medio del llanto. — Soy Hunter, Miley. Yo siempre he intentado ser y hacerte feliz. Soy tu compañero fiel. Con el que hacías travesuras y se metía en problemas por ayudarte. Ábreme, por favor. — pide Hunter golpeando la puerta con fuerzas. — Es mi culpa. La mate. Es mi maldita culpa y debo pagar el precio — susurra Miley derrumbándose en el suelo mientras ll