La culpa invadía por completo a Harding y era por ello que hacia todo lo posible por de alguna forma compensar su error. Sus padres, quienes lo conocían bien, sabían que se estaba atormentando y por ello, su madre se acercó a él.
— Hijo…— No, madre. No intentes consolarme. Yo fui quien cometió errores y me encuentro perfectamente bien. No es justo — comenta Harding. — No fue tu culpa.— Por tenerla como deseaba para hacerle pasar un mal rato, inhabilite las cámaras, creyendo que nadie se atrevería a tanto. Eso y llevar a personas malas a mi casa, fue lo que nos trajo a esto. >> Así que, si lo único que puedo hacer por ella es buscarle sangre, lo haré y no me importará si me lo prohíben. Porque ni siquiera eso va a detenerme. Eso y esperar que salga bien de la cirugía. — No te culpes p