—¿Qué hacía exactamente?—repitió él con una sonrisa burlona—Pues trabajaba en lo que podía, querida esposa. No siempre tuve la suerte de tener una empresa exitosa y un apartamento de lujo. Hubo un tiempo en que tuve que luchar por sobrevivir.
Harper sintió una punzada de
curiosidad y de compasión. No sabía
mucho sobre el pasado de Black, solo
que había nacido en un barrio pobre y
que había tenido una infancia difícil, todos esos datos los sabía sólo gracias a Nellie.
Nellie le había contado que su madre
había muerto cuando él era pequeño,
y que su padre era un alcohólico que
lo maltrataba. Black había tenido que
trabajar desde muy joven para mantenerse a sí mismo y a su hermana menor.
—¿Qué tipo de trabajos hacía usted?—preguntó con voz suave, intentando no sonar indiscreta.
Black se encogió de hombros, como si no le importara.
—De todo un poco. Repartía periódicos, limpiaba coches, cortaba el césped, ayudaba en una tienda de comestibles... Pero el trabajo más duro que tuve fue el de