Me encojo de hombros y levanto el pulgar y el dedo índice. “Quizás un poco”.
Él se ríe. “Entonces, sí, te extraño”. Sonrío, y él estira la mano y me toca suavemente el costado con el dedo. Cuando no le aparto la mano de un manotazo como está acostumbrado, dejándose caer la mano a su lado, con el ceño un poco fruncido. Él suspira un momento después y se pasa los dedos por el cabello. “Estoy muy agotado, y tú siempre eres muy buena distrayéndome, así que pensé que podríamos hacer algo”.
Frunzo el ceño: “¿Hacer qué?”.
“Algo divertido”, él sugiere con una encogida de hombros, y me muerdo el labio. Últimamente lo he estado evitando, quizás hacer algo divertido juntos podría ser bueno para los dos.
“Eh, claro. ¿Qué tienes pensado?”, pregunto mientras nos dirigimos a su coche. Cole me guiña un ojo y me sonríe con picardía.
“Ya verás”. Asiento con la cabeza y nos subimos al coche. Hablamos un poco durante el trayecto hacia el lugar al que me lleva. “Oh, por cierto, no te enojes, pero tene