“Oh sí”, gimo mientras tomo mi café con leche de caramelo de la máquina de café. Me llevo la deliciosa taza de café a los labios y justo cuando estoy a punto de dar un sorbo, me la quitan de la mano. “Oye, estaba a punto de beberme eso”, me quejo y levanto la mirada hacia mi sexy marido, que me miraba con el ceño fruncido.
“Nada de cafeína mientras estés embarazada”. Me regaña y yo lo veo seriamente.
“Pero…”.
“¡Ah!” Cole me corta, levantando un dedo, haciéndome callar. “Té de hierbas”, sonríe, entregándome una taza caliente de mierda humeante. Miro el té y vuelvo a mirarlo.
“¿Qué demonios es esto?” pregunto, arrugando la nariz, y Cole sonríe.
“Té descafeinado. Es manzanilla, te relajará”. Me informa, y yo lo miro sin comprender.
“Cariño, si quisiera relajarme, me habría quedado en la cama. Pedí el café porque necesito despertarme”. Le digo, y Cole se encoge de hombros mientras da un sorbo a mi café con leche y gime de placer.
“Mm, esto está muy bueno”. Lo observo, sin la