Victoria frunció el ceño, desconcertada por la respuesta de este hombre. La confusión se apoderó de ella, pero trató de mantener la compostura.
—Lo siento, debe haber algún malentendido. Te conozco como Oliver Aguirre. ¿Acaso estás intentando jugar conmigo?
César sonrió, pero sus ojos seguían mostrando una determinación peculiar.
—Lo siento, creo que no me he presentado como es debido. Soy César Aguirre, hermano de Oliver.
Victoria estaba atónita. La incredulidad se reflejaba en su rostro mientras trataba de procesar la información. ¿Él era el hermano de Oliver?
¿Por qué se parecían tanto? Lo único que los diferenciaba era que César estaba perfectamente afeitado, al contrario de Oliver, que siempre mantenía una ligera barba difuminada.
—¿Ustedes son?…
Victoria no podía ni hablar de la impresión.
—Somos gemelos… —César sonrió mostrando sus perfectos y alineados dientes blancos que hicieron que Victoria perdiera aún más la conciencia de lo que estaba pasando.
Victoria trató de asimilar