POV ABBY DE LA VEGA

Cuando me despedí de mi padre frente a la universidad, sentí que el peso del mundo se me deslizaba de los hombros. Respiré profundo, ajusté mi bolso a mi hombro y entré convencida de que nada podría arruinar este día.

Estaba cumpliendo un sueño, y no pensaba permitir que nada lo ensombreciera… ni siquiera ese molesto mareo que me había perseguido desde hacía días.

El día pasó volando entre clases, nuevas caras y esa mezcla de nervios y entusiasmo que se sembró en mi pecho ahora que estoy iniciando esta nueva etapa de vida.

Cuando sonó la campana final, me despedí de mis nuevos compañeros y salí al exterior. Allí estaba mi padre, esperándome junto al coche, con una sonrisa, esa que lograba que todo pareciera ser más fácil.

—¿Cómo te fue, hija? —preguntó, abriendo la puerta del auto.

—Bien, papá. Mejor de lo que pensé —respondí, abrazándolo con fuerza.

—Eso me alegra, princesa —dijo mientras me despeinaba con cariño—. Ahora ven, que tengo una sorpresa para