Nueve.
En cuanto a Anastasia y Erick, ambos estaban hechos un desastre.
Por todas partes habían asistentes corriendo detrás de ellos haciendo el mismo tipo de preguntas:
— Señora Anastasia ¿Qué color le gustaría elegir? ¿Amarillo anaranjado o Naranja amarillento? También tenemos disponibles Azul cielo o cielo azulado y...
— Señor Erick ¿Dónde debería sentarse el presidente de la corporación Z y su esposa? ¿Qué hay del señor Thomas? Recuerde que también vendrá la presidenta A ¿Dónde deberíamos sentarla?
— ¿Debería haber un candelabro de cristales? ¿Qué tan alto hay que ponerlo?
— Aún no ha entregado las invitaciones.
— ¿Cuántas flores hay que poner en cada arreglo?
— El salón que pidieron estará ocupado ese día pero se desocupó uno más grande y con mejor espacio.
— ¿Volverá a usar su vestido de novia o habrá que arreglar uno nuevo?
— ¿Qué canciones debería tocar la orquesta?
— ¡Ya basta! — Explotó Erick para sacarse a la manada de asistentes que los estaban acorralando hasta el punto de ser