Doce.
Creyendo que se trataría de alguna clase de mala broma miró a Erick, él se veía igual o más desconcertado de lo que estaba ella por lo que comprendió que probablemente no era un truco.
Aparentemente el chofer se percató del estado de confusión en ambos, en lugar de frenar o tratar de dar alguna excusa vaga los miró a través del retrovisor, bloqueó las puertas del auto y aceleró la velocidad, asegurándose de que no tuvieran ningún tipo de escapatoria.
Erick mantuvo la calma y silenció a Anastasia cuando trató de alzar la voz o gritar, sabia que hacerlo en dicha situación solo empeoraría las cosas, lo que tenían que aceptar en primer lugar era el simple hecho de que estaban siendo secuestrados.
¿Por quién o con qué objetivo? No lo sabía, por estar más al pendiente de que Anastasia no se fugara se dio cuenta tarde de que aquel hombre no era su chofer de costumbre.
— Este no es el camino a nuestra casa ¿Ocurre algún problema? — Ante todo conservó la calma y la postura, como si no se hubie