POV: Evander Blackwood
Tess tiembla entre mis brazos cuando deslizo las manos por su espalda y desabrocho el sostén, que arranco sin contemplaciones y dejo caer al suelo.
Mientras la beso con hambre, mis manos suben hasta sus pechos. Se sobresalta al sentir cómo los amaso con firmeza. Son suaves, cálidos, y su tamaño es perfecto para mis palmas. Sus pezones se endurecen al instante, y jadea cuando los pellizco y los froto con los pulgares.
Con la boca hecha agua y el deseo al límite, la empujo sobre la cama, cambiando de posición. Levanto su blusa sin cuidado y me aferro a uno de sus pezones con la boca. Tess suelta un chillido ahogado, cubriéndose el rostro con un brazo, quizá avergonzada por su propia reacción.
Chupo y muerdo esos deliciosos puntos rosados, lamiendo la areola blanda y tirando suavemente con los dientes. Dejo besos ardientes en la curva de esas montañas, sin dejar un solo rincón sin marcar con chupones rojizos. Entierro el rostro entre sus pechos, deleitándome con lo