POV: Evander Blackwood
—Papi —mi hija tira suavemente de la manga de mi saco, apartándome la vista de la computadora—. ¿Y esto qué significa?
Levanto la mirada por enésima vez en lo que va de la tarde. Desde que Tess la dejó aquí, se ha pegado a mí como una lapa, decidida a que sea yo quien la ayude con la tarea.
—Eso quiere decir que la plantita creció —le explico con una sonrisa, señalando los dibujos en su cuaderno—. Pasó de ser una semillita a convertirse en una ramita bonita. Colorea los dos, y verás cómo cobran vida.
Ella asiente con seriedad, toma un lápiz de color y se pone a trabajar con concentración. Está sentada en mi regazo, tranquila, absorta en su mundo de colores. Yo, mientras tanto, intento avanzar con unos papeleos que aún tengo pendientes. La verdad, no he progresado mucho desde que llegó… pero su compañía me llena. Es parlanchina, sí, pero cuando se trata de hacer sus tareas, es muy aplicada. Eso, sin duda, lo heredó de mí.
—¿Y esta parte? —pregunta de nuevo al ca