38. El nuevo plan de Aelina
Aelina soltó un resoplido incrédulo, con sus mejillas enrojecidas por la indignación.
—¡Prácticamente no tenía opción! —gritó, mientras su cuerpo temblaba ligeramente por la emoción contenida.
Valdimir negó con la cabeza, con una risa burlona escapando de sus labios.
—De hecho, si tenías opción. Tu padre dejó en claro que aceptaría la decisión que tú tomaras. Si te negabas o aceptabas, sería elección tuya y yo debía regirme a tu elección. Sin embargo, las consecuencias ustedes tendrían que pagarlas.
Aelina parpadeó, perpleja, mientras las palabras de Valdimir se abrían camino en su mente como un rayo de luz.
«¿Entonces por eso... hace diez años en el pasado todos aceptaron cuando me negué? porque mi padre me dio esa libertad de elegir mi destino, pero el haberlo rechazado terminó en un desastre... no entiendo a mi padre, ¿será que él en el fondo no deseaba que me fuera con Valdimir ¡Ay no entiendo a mi papá!», exclamó la muchacha en pensamientos diciendo:
—Si me hubiese negado —comenzó