16. ¿El futuro sigue su curso?
Una idea repentina e imprudente cruzó por su mente como un rayo al tener ese espejo en sus manos:
«Este espejo es pequeño, en esta época tengo el poder suficiente para usar mi magia en un objeto así. Si miro a través del espejo, podría saber lo que Valdimir estaba haciendo en ese momento». Ella sabía que era una locura, un riesgo imprudente, pero la curiosidad la consumía. Tenía que intentarlo de todos modos.
Mordiéndose el labio inferior con inquietud, miró por encima de su hombro hacia la puerta cerrada, asegurándose de que nadie la observaba. Después respiró hondo y se concentró, comenzando a canalizar su poder... Y así, con el corazón latiéndole con fuerza dentro del pecho, Aelina se sentó en el frío suelo de piedra y colocó el pequeño espejo frente a ella, sujetándolo con ambas manos. Por un instante, vio su propio reflejo en la pulida superficie de bronce, como lo haría cualquier persona que deseara usarlo para admirarse.
Entonces, cerrando los ojos, volvió a respirar con profun