Serena descansaba perezosamente en la cama grande.

Todavía se sentía un poco cansada y quería descansar un rato.

Pero, al pensar en que el Sr. García había estado reuniéndose en secreto con Esteban para discutir el divorcio, Serena de repente se puso alerta.

Originalmente, su matrimonio con Esteban era un acuerdo, y Serena pensaba que ya había recibido lo suficiente durante todo este tiempo. Incluso si se divorciaba, no tenía cara para reclamar parte de los bienes de Esteban.

Después de todo, todo eso lo había logrado Esteban antes del matrimonio, y ella no era tan descarada como para pedirlo. Lo que tenía ahora ya era más que suficiente.

Para Serena, Esteban era un jefe muy generoso.

Excepto por su mente un poco impredecible y su humor que a veces se volvía más sombrío, no había ninguna otra queja sobre él.

Así que si el Sr. García realmente lograba algo de Esteban... ¡debía devolverlo todo!

¡Ni un centavo podía quedarse con él!

Serena llamó al Sr. García.

Él no contestó y colgó el t