Skylar:
Una semana después:
Había transcurrido una semana desde que oficialmente me metí en el lío de Aleksander, desde entonces todo ha sido extraño para mi. Mi rostro estaba en la prensa, en redes y en otros sitios más, no estaba contenta con ello al inicio porque literalmente estaba siendo expuesta ante todos, pero luego me acostumbre, pero sigue sin causarme gracia estar expuesta de esa manera.
Aleksander se disculpó conmigo por eso, me negaba a creer que era la prometida de alguien conocido, literalmente todo mi entorno se alteró demasiado y ahora todo era un pequeño caos.
Trato de buscarle el lado bueno de esto, pude conocer bastante bien a Aleksander, es un hombre bastante correcto, un poco callado y educado, por supuesto que aun no me cuenta cosas personales porque he notado que es muy reservado con respecto a ello. Tampoco lo presiono, no quiero que se sienta incómodo.
Para ser honesta, la convivencia con Aleksander esta semana ha sido buena, puedo decir que nos hemos hecho buenos amigos, no es que sea tan divertido como quisiera o como esperaba, pero está un poco pasable para mi, aunque somos muy distintos en todos los aspectos, nos hemos sabido llevar bien.
Ambos sabemos que esto es un espectáculo, cosa que es buena porque tenemos los pies bien puestos en la tierra. La ventaja de todo esto es que sigo trabajando pero desde casa, ahora que estuve expuesta no puedo ir a la agencia de manera presencial así que me tocó trabajar desde casa.
Lo único bueno de todo esto es que Aleksander se aseguró de que nadie buscara información personal, no quería seguir exponiéndome, mucho menos a Andie que no le agrada la idea de que la estén acosando o haciéndole preguntas sobre mi. A pesar de que Aleksander sea una figura pública, le gusta mantenerse bajo perfil, la noticia de nuestro compromiso fue noticia por días, pero poco a poco las personas y los medios lo fueron olvidando.
En unos días sus padres vendrán de visita a Estados Unidos, por supuesto que vendrán para conocerme y hacer una pequeña reunión sobre el compromiso de su hijo, por supuesto que eso me tiene ansiosa, pero soy buena actuando o eso creo, así que confío que todo saldrá bien.
—Estaba pensando en una cosa —miro a Andie—, y es buscar un trabajo.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No quiero que me sigas manteniendo.
—Sabes que no me molesta Andie, eres mi hermana.
—Lo sé, sé que no te molesta pero.. Quiero comprar mis cosas, ayudarte con los gastos del departamento —ella suspira—, has cuidado de mi desde siempre Sky, ya es momento que lo haga por mi cuenta, tengo ya casi veinticinco.
—No lo sé..
—Debes dejar de ser tan sobreprotectora, pronto tendré que hacer todo por mi cuenta, no me has dejado hacerlo por mi.
—Eso se escucha feo, cualquiera que te oiga diría que te controlo.
—No es eso —ríe—, pero en algún momento harás tu vida o yo haré la mía, no siempre estaremos juntas hermana y lo sabes.
Por más que no quiera aceptarlo, ella tiene mucha razón, en cualquier momento ella hará su vida y yo la mía, me guste o no la vida es así, pero me cuesta mucho no protegerla. Desde que esa mujer nos abandonó a nuestra suerte me dedique a protegerla, a velar por ella, no quiero que ella pase por nada malo.
Pero debo dejarla que comience a experimentar la vida, claro, ella sale con sus amigas y convive con muchas personas, pero jamás ha estado sola, siempre hemos sido ella y yo, nadie más.
—Tienes razón —digo—, pero no quiero que descuides la universidad —la señalo.
—Te juro que no va a pasar —ella me sonríe—, me voy a cuidar bien, eso lo prometo.
—Mas te vale Andie.
—Dios, que exagerada eres —ríe—, mejor cuéntame, ¿todo bien con Aleksander?
—Todo bien con él —respondo.
—Esa no es la respuesta que espero —se cruza de brazos.
—¿Qué esperas que te diga?
—Sky, ¿de verdad no te gusta ese hombre?
—¿Gustarme? ¡No! ¿Estas loca?
—Hablo en serio Sky, has convivido con él por más de una semana, ¿no te gusta ni un poco?
—No —niego—, lo nuestro es un negocio Andie, no estamos mezclando nada sentimental, puede que nos llevemos bien, pero hasta ahí..
—Pues que mal, porque ambos compaginan bastante bien —se encoge de hombros, luego se pone de pie—, saldré un momento, tengo que ir por un formulario para la universidad.
—Ve con cuidado —ella asiente.
No entiendo cual es el afán de Andie porque encuentre novio, desde hace meses lleva preguntándome cosas aleatorias como esa. Yo no estoy apurada por encontrar novio, simplemente no quiero hacerlo.
Claro que he pasado por una mala experiencia con los chicos, me enamore una vez y crei que seria lo mejor de mi vida, pero paso todo lo contrario, me enamore de un tonto inmaduro que queria todo facil, ademas de que yo era la que estaba dandolo todo por nada.
¿En qué rayos estaba pensando en ese momento?
Me la paso leyendo libros en donde existen hombres perfectos y yo me vine a enamorar de un imbécil que no valía la pena. Creo que fue una de las peores decisiones que tomé en mi corta vida.
Yo no tengo apuro en enamorarme, tengo las expectativas demasiado altas con respecto a los hombres, quizá por eso es que sigo soltera, siento que espero demasiado cuando se que nada de esas cosas van a suceder. Por ende no estoy apurada en lo absoluto en encontrar un novio, no es una pérdida de tiempo, simplemente siento que es algo que no me puede suceder.
(...)
Más tarde:
Creo que seguiré sin acostumbrarme a esto, justo ahora Aleksander vendría por mí para llevarme a cenar. Lo bueno de todo esto es que él no me presiona para que cambie mi forma de vestir, aunque no sea la más elegante, no me visto tan mal, pero trato de verme lo más pulcra posible para tener una imagen que esté a la altura de el.
Decidí recogerme el cabello y vestirme no tan elegante, creo que me veo bien así como estoy.
Tomo mi bolso y abrigo, me despido de Andie quien me desea suerte en la cena, luego salgo y bajo las escaleras.
Al estar ya abajo, salgo. Desde mi lugar veo a Aleksander recargado en su auto, como todo estaba tan iluminado por las calles, puedo ver perfectamente como esta vestido, siento un alivio al verlo no demasiado elegante, asi como acostumbra el a vestirse cada vez que lo veo.
El me mira, frunzo un poco el ceño al verlo, me parece extraño que no tenga sus gafas, sin ellas sus ojos lucen mucho más rasgados, hoy parece un poco más descuidado con su aspecto.
Tengo que admitirlo, luce bastante bien.
—Skylar, buenas noches.
—Buenas noches Aleksander, luces.. Diferente, pero no en el mal sentido.
—Ah, es que quería verme un poco más relajado, tu —sonrie—, tu luces preciosa.
—Gracias, no me dijiste el motivo de la cena.
—No hay motivo alguno —niega—. Solo quiero llevarte a cenar, quiero recompensarte por la paciencia y todo lo demás —suspira—, la verdad es que me siento un poco mal por todo, ya sabes, lo de la prensa y mis padres.
—No te preocupes —me acerco a él para tocar su brazo—, quedamos en que ya no tendríamos más vergüenza con esto, es un trabajo y hay que hacerlo bien.
—Gracias de nuevo Skylar —sonríe.
Desde que lo conozco lo he visto sonreír, pero no como lo está haciendo justo ahora. Sonrió de una forma tan amplia que sus ojos desaparecieron por completo al igual que se hacen notar los hoyuelos que tiene.
—Si estás lista, nos podemos ir.
—Claro.
El abre la puerta de su auto, yo subo para que él lo haga poco después. Creo que me haría bien una salida, llevo días encerrada en casa trabajando, aunque es mi sueño poder hacerlo, no era lo que esperaba, creo que ya estaba acostumbrada a ir de un lado a otro en la agencia.
Y aunque mi trabajo sigue siendo el mismo, extraño estar de un lado a otro en la agencia.
Aleksander condujo por la ciudad hasta llegar al restaurante, el estaciona el auto para bajar y abrirme la puerta, creo que me esta gustando esto de ser su prometida. Es todo un caballero.
Tuve que entrelazar mi brazo con el suyo para poder entrar al restaurante. Hasta ahora noto el perfume que desprende de él.
—Buenas noches, sean bienvenidos —dice el hombre que nos recibe en la entrada.
—Reservación para Aleksander Choi.
El revisa el papel o lo que sea que tenga en la mano, luego nos indica que entremos. Dentro del lugar se ve un ambiente oscuro y fresco, hay música en vivo a bajo volumen, el mismo estaba lleno.
Camino del brazo con Aleksander hacia nuestra mesa. El saca la silla para que me siente, luego lo hace el.
—Buenas noches, señorita, caballero, seré su mesero esta noche —dice el chico muy amablemente, luego entrega la carta.
—Todo luce muy caro —digo—, además de que esos platillos tienen muy poca comida —miro a Aleksander quien está riendo— ¿Dije algo chistoso?
—Es comida gourmet, es un restaurante de dos estrellas Michelin.
—Oh entiendo —miro de nuevo la carta—, entonces pediré pasta alfredo con jugo de uvas.
—Pediré lo mismo, gracias.
El chico termina yéndose. Yo miro de nuevo el lugar, sabía que era costoso pero no pensé que fuese demasiado.
—El sitio es bonito —lo miro—, me gusta.
—Me alegra, aunque la comida sea poca —ríe.
—Oye, no me culpes, no suelo venir a estos sitios tan de baja categoría —finjo indignación y muevo mi cabello.
—¿Qué lugares sueles frecuentar? —me mira con atención— Y lo pregunto en serio.
—Bueno, me gusta mucho ir a comer tacos, es una de mis comidas favoritas, soy amante de las películas así que voy al cine o al parque, lo hago cuando tengo mis días libres..
—Sé que te gusta leer, ¿qué tipos de libros lees?
—De todo —respondo emocionada—, me gusta mucho la fantasía, pero consumo mucho más el romance.
—Vaya, eso es muy interesante —dice.
—Lo es, es una de las mejores cosas que sé hacer, leer y meterme de lleno en muchos mundos —suspiro—, es hermoso. ¿Y a ti?
—Soy un hombre aburrido —responde.
—Vamos Aleksander, no creo que hayas hecho algo que te apasiona.
—De hecho —dice pensativo—, había algo, la natación.
—¿De verdad?
—Si —asiente—, cuando estaba en el colegio entre al equipo de natación, era muy bueno —dice, puedo notar la leve nostalgia en su voz—, pero tuve un accidente en donde perdí la movilidad de mi brazo, así que mi sueño de estar en las olimpiadas de natación se quedó en eso.
—Oh, lo siento..
—No te preocupes —me sonríe—, eso pasó hace mucho, así que lo supere —sube los brazos a la mesa—, los negocios me gustan más.
—¿Te gusta estar en la empresa?
—Me gusta ser el dueño de ella —responde—, ordenar y que todos hagan lo que quiero.
—Eso suena un poco egocéntrico de tu parte —río—, no pensé que fueses así.
—No lo soy, solo quería causar una buena impresión ante mi novia —me guiña un ojo.
Cuando hizo eso me quedé sin aliento por un segundo, luego sentí mi cara arder. El mesero llegó con nuestra comida y bebida, creo que de los nervios se me quito el hambre.
—Por cierto, quiero que me acompañes a un lugar mañana.
—Claro, ¿a dónde iremos?
—A un orfanato —me responde, yo alzo las cejas en señal de asombro—, voy a ayudar a hacer algunas cosas y llevar algunos donativos.
—No sabía que trabajabas en orfanatos.
—Lo hago pero no tan seguido debido a mi tiempo, pero cuando estoy libre me gusta ir a ayudar a los niños —él comienza a comer—, creo que no lo sabes —el rie—, soy adoptado.
—Espera, ¿hablas en serio?
—Así es, mis padres me adoptaron cuando tenía trece años —me dice.
—No tenía idea —murmuro.
—Es que en los medios poco se habla sobre mi adopción, al menos aquí, en Corea fue un poco controversial ya que mis padres no podían tener hijos así que decidieron adoptarme —hace una pausa—, les debo mucho.
Ahora todo cobraba más sentido, por eso él hace todo esto, para mantener contento a las personas que le dieron un hogar, eso me parece muy dulce y habla muy bien de él como hijo y persona, últimamente muchas personas no suelen ser agradecidas.
Supongo que lo entiendo, a mi me abandonaron al igual que el.
Entiendo como se siente.