Al día siguiente, el jardín de atrás de la casa era un hervidero. Los jardineros chambeaban duro, plantando con mucho cuidado en el jardín las rosas de luz de luna recién traídas del Bosque Oscuro.
Alguien soltó con admiración:
—¡Qué chulada de rosas de luz de luna! Son bien raras, hasta en el Bosque Oscuro. Ya había oído que el Alfa consiente un montón a su pareja, ¡pero no sabía que tanto!
—Tu chisme ya caducó. Ahorita todo el mundo sabe que el Alfa anda de romance con su amiga de la infancia, Lilia, y que hasta tuvieron una hija fuera del matrimonio.
—También oí que antes de que Samuel se volviera Alfa, esa Lilia lo despreció y se fue a otra Manada. Solo Elba siempre estuvo a su lado. ¡Ahora que Samuel se volvió Alfa, Lilia regresó a bajarle el galán!
Las palabras de los demás me retumbaron en los oídos como un trueno.
Después de volverme Alfa, toda la gente de la Manada me trataba con respeto y me lambisconeaba. Un montón de mujeres querían ser mi pareja.
Ya se me había olvidado qu