Capítulo483
Julieta se sobresaltó, como si le hubieran clavado una aguja en el corazón. Sentía un dolor sordo.

Después de un largo rato, preguntó con labios temblorosos:

—¿Estás diciendo la verdad?

En ese momento, Omar ya se había calmado. Resopló:

—Por supuesto que es verdad. Nunca lo había visto así. Por eso dije que no te haría daño.

Julieta sintió como si fuera una broma y de repente se rio a carcajadas.

Omar estaba un poco atónito.

—¿Qué te pasa?

Julieta sacudió la cabeza, hizo un gesto con la mano y dijo:

—¿Todavía me vas a llevar al hospital?

—Sí.

Julieta dejó de hablar. Se sentó en el asiento del pasajero, se abrochó el cinturón de seguridad y se apoyó en la ventanilla del auto. Miró por la ventana sin comprender.

Cada vez que sentía que estaba pensando con claridad, detenidamente, y que había tomado una decisión, algo sucedía y la empujaba nuevamente a un vórtice.

Pensó que no le importaba nada, pero cuando escuchó que Leandro había actuado así, su corazón se conmovió.

Al fin y al cabo,
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