115. Salvada
Dania.
La puerta de mi habitación se abre y me abrazo con más fuerza a la almohada que tengo al frente, siento mi cuerpo pesado y mi rostro dolorido, en cuanto el peso de Dominic hace que el colchón tras de mí suene me quedo rígida, su voz llega antes de que su mano se pose en mi hombro.
— Ya es bastante tarde Dania, ya te esperé mucho, sal a cenar.
Replicar y quejarme es algo que ya no me atrevo hacer, ya no, sin protestar me levanto de la cama evitando todo contacto con su mirada, él se levanta y comienza a caminar a la puerta, me levanto y recojo mi cabello con la liga que se me había deslizado. Al salir de la habitación miro la mesa puesta con dos platos y unas velas.
— Siéntate, iré por el vino.
Dominic desaparece por el pasillo que da a la cocina, me dejo caer lentamente en la silla, miro a la puerta de la entrada que esta a mi izquierda, mi cuerpo me grita ”huye” pero mi cerebro me detiene al pensar en mis padres y lo que Dominic les haría, bajo la mirada al plato frente a