Mundo ficciónIniciar sesiónEscondidos He amado a Axel desde que de niña lo conocí, cuando él iba a la casa a hacer tareas y a compartir con mi hermana Suzette, desde entonces suspiro por él. Las películas hablan sobre que sopla siempre el viento cuando se está con el verdadero amor, pero lo nuestro fue un tornado que nos arrastró para demostrarnos lo arriesgado, lo peligroso y lo dulce del amor. Valentina fue siempre para mí... mi niña adorada, la hermanita menor de mi mejor amiga por la que sólo sentía ternura o eso creía yo. Nada me preparó para reencontrarme con ella cuando se había ido la niña y conocí a la mujer. Entonces perdidamente y sin medir consecuencias, yo me enamoré. Lo que sentimos el uno por el otro fue incontrolable, aun sabiendo el peligro que representaba, iniciamos esta aventura que comenzó estando Escondidos...
Leer másCapítulo 1
VALENTINA
Quería escabullirme ese sábado de octubre cuando el viento soplaba fuertemente en la zona de las cabañas. Yo tenía prisa por ir a comprar el regalo para mi mejor amigo Rodrigo pues ese día era su cumpleaños. Me quité los zapatos para escaparme sin hacer ruido, cuando al pie de la escalera, me encontré de frente con ella, con mi hermana Suzette.
—Sólo por curiosidad, ¿A dónde crees que vas, Valentina? —ella me miraba fijamente pidiendo una respuesta —sabes que yo te necesito aquí esta noche. Tengo un compromiso.
—Susy, no te pongas pesada, por favor. Me has descubierto —me encogí de hombros —necesito ir al pueblo a comprar un regalo para Rodrigo y no me puedes decir que no. Hoy cumple 18 años y es de vida o muerte que vaya.
—Valentina ¿Qué voy a hacer contigo? Está bien, puedes ir. Sólo una cosa, no abuses y regresas pronto y además sabes que no me gusta que andes sola por ahí.
—Eso no será por mucho tiempo, ya pronto cumpliré mis 18 años. Gracias, te prometo que no me tardo.
Tomé mi bicicleta y salí a toda velocidad con rumbo al pueblo, tomando una ciclovía en medio del bosque. Estaba pensando en muchas cosas y en que el regalo para Rodrigo tenía que ser ideal, algo me decía que esta noche iba a ser para nosotros dos algo muy especial y además de lo que iba a comprarle esta noche, yo quería confesarle lo que siento por él. Quiero decirle que lo quiero. Pensaba muchas cosas mientras dejaba mi bicicleta cuando una voz familiar, me gritó:
—Valentina, amiga, espérame.
Levanté mi vista para ver a mi mejor amiga, corriendo hasta encontrarse conmigo. No pensé encontrármela en el centro comercial, pero su ayuda me venía bien para buscar algo bueno, bonito y barato para Rodrigo. Necesitaba darle algo muy significativo, no todos los días se cumplen 18 años.
—Hola, Danna, qué bueno que estés aquí —nos abrazamos—necesito que me ayudes con algo.
—Hola, Vale. Claro que te ayudo, solo basta percibir la desesperación en tu voz ¿qué necesitas?
—Necesito ir a comprar un regalo para Rodrigo, sé que no te cae bien, pero no puedes olvidar qué día es hoy. Es su cumpleaños 18 y lo quiero sorprender.
—Vamos. Es cierto, no quiero saber nada de tu mejor amigo, pero es mi deber como mejor amiga ayudarte. Venía a comprar una crema para peinar, pero como no veo a Suzette contigo supongo que tienes el tiempo contado, así que, primero vamos a lo tuyo.
—Qué bien sabes, la situación en la que vivo. Me urge cumplir mis 18 años y a ver si cuando eso pase, ella deja de cuidarme tanto.
—Ojalá que así sea. Pero, no perdamos tiempo amiga vamos a comprar el regalo para Rodrigo ¿tienes algo en mente?
—No lo sé, se me han ocurrido muchas cosas, pero él es tan especial que creo que nada le hará justicia. Sólo que hay un detalle, que no tengo mucho dinero y eso también cuenta.
—Claro que también cuenta, el factor dinero. Pero, vamos a ver ahí en esa tienda venden cosas padres para chicos, ahí le compré un regalo a mi primo.
Fui con Danna a la tienda en cuestión y ella tenía razón, había cosas muy hermosas, pero también muy caras y mi presupuesto no daba para tanto, las cosas con las cabañas no iban bien y Suzette no me daba tanto dinero para mis gastos, a pesar que, me ganaba cada peso por trabajar ahí.
—Mira este reloj, sí que es lindo — dijo Danna — seguro que con eso lo conquistas, amiga.
—Está muy bonito, pero también está demasiado caro. Mejor le llevaré esa camisa casual, con la que estoy segura que se verá guapísimo.
—Está bien, ordénala entonces y que te la empaquen y vemos si tenemos tiempo de comernos un helado.
Me empacaron la camisa de vestir en una bonita bolsa de regalo y después que ya salimos con ella en mano, recibí la llamada de Suzette pidiéndome que volviera a las cabañas, pues ella se tenía que salir. Siempre era lo mismo, mi hermana no respetaba mi tiempo.
—Era Suzette y me imagino que te necesita, menos mal que hoy yo descanso de ir a las cabañas, pero alégrate Vale, que, si Rodrigo te invita a festejar su cumpleaños, yo con mucho gusto te cubriré, recuerda que también trabajo ahí.
—Por eso te quiero mucho y eres mi mejor amiga, Danna. Claro, yo te aviso más tarde, primero tengo que ver si tengo tiempo de llevarle el regalo a Rodrigo, pero, de todos modos, muchas gracias.
—Por nada, vete con cuidado.
Me fui por mi bicicleta y esta vez, me fui por la carretera para ya no perder el tiempo dándole la vuelta al pueblo, iba pedaleando apenas y cuando llevaba un tramo corto, me topé con él con Rodrigo, quién orilló su lujoso auto cerrándome el paso.
—Valentina, ¿a dónde vas con tanta prisa? Fui a buscarte hace un rato a las cabañas y Suzette me dijo que habías salido al centro comercial, por eso vine a encontrarte.
—Muchas felicidades, Rodrigo—le di un abrazo—no era así como quería felicitarte, pero feliz cumpleaños 18.
—Muchas gracias, Vale. Te llevo a las cabañas, subiré tu bici en mi auto nuevo. Es mi regalo de cumpleaños por parte de mis padres.
—Gracias, está increíble y te acepto que me lleves. Suzette tiene prisa por verme allá.
Me subí con Rodrigo en su auto y en el camino lo noté un poco serio, llegando a las cabañas y antes que pudiera bajarme, me hizo una propuesta que iluminó mi corazón.
—Vale, necesito que estés libre esta noche. Quiero celebrar contigo mi cumpleaños, así que no sé como harás para zafarte de Suzette.
—Claro que lo hago, no tienes ni qué pedirlo. No todos los días estamos de manteles largos y hoy es tu día.
—Gracias, Vale. Ponte muy hermosa, nos vemos a las 8 pm aquí.
—Sí, a las 8 pm. Regresa con cuidado, por favor.
Rodrigo se fue y apenas lo hizo y yo empecé a saltar de emoción en un solo pie. No podía creer que esa noche tenía una cita y sabía que algo especial estaba por venir para mí, él se declararía y estaba muy segura de eso.
Capítulo 100AXEL Tiempo después. La sigo amando y la sigo extrañando y es por eso que me las ingenio de alguna forma para ir a espiarla de lejos a la Universidad cada vez que tengo días libres y me arriesgo a tomar algunas tomas y fotografías de ella, tanto sola, como con Sofía y los demás. Quiero filmar lo más que pueda de cada etapa de su vida, porque quiero que todo vaya en la película que haré sobre nosotros de la cual, ya tengo terminado el guion y pronto se dará inicio con la filmación y por supuesto, mis incondicionales Asereth y Tony han venido para celebrar conmigo y para estar en el proceso del casting para el reparto de mi primer proyecto de cine. —Axel, no lo puedo creer—dijo Asereth impresionada—que tu historia y la de Vale, por fin verá la luz. Es maravilloso, vas a tener un gran éxito que hasta te vas a olvidar de nosotros los mortales. —Sí, amigo ¿Quién te viera? —dijo Tony—muchas felicidades. Aunque dudo que vaya haber
Capítulo 99VALENTINA Por fin llegó nuestro primer día en la Universidad, Sofía estaba super emocionada luciendo su nueva ropa y yo, me sentía con sentimientos encontrados. Nunca pensé que en la Universidad habría un ambiente completamente diferente al que vivíamos en la prepa de mi querido pueblo. Todo era nuevo para mí, en cambio Sofía se desenvolvía perfectamente en este ambiente. En un receso que tuvimos, nos encontramos con Rodrigo y con Max, ellos estaban estudiando juntos administración y por eso fue que hasta que todos coincidimos con una hora libre, los encontramos. —Hola chicas—nos saludaron—¿cómo les está yendo en sus clases? —Hola chicos—dijo Sofía—nos está yendo bien. Ya saben, nada del otro mundo, apenas se están presentando los maestros y nos están pidiendo que nos presentemos y esas cosas. —Sí, lo mismo acá con nosotros—dijo Rodrigo—Sofía, ¿me acompañas a ver algo a la dirección? —Acompáñalo Sofía—le dije—me q
Capítulo 98AXEL Danna se había puesto mal, Tony me había avisado. Me fui con Asereth de vuelta al pueblo, aprovechando que ella volvería ese sábado y aprovechaba para estar allá en fin de semana, para apoyar a Tony y a Danna en lo que necesitaran y también porque pensé ilusamente que Vale iba a estar allá, para ver como estaba Danna y por alguna razón, la esperanza de volverla a ver, me hacía que algo en mi corazón se agitara inconscientemente. —Amigo, no creo que Vale vaya a estar en el pueblo—me dijo Asereth en el camino—no te hagas muchas ilusiones. Entiendo que Danna esté mal, pero el lunes Vale ya entra a la Universidad. —Gracias por matar mis ilusiones, amiga—respondí—para eso, no hay nadie como tú y para decirme las verdades menos. Se que te das cuenta que me muero por volverla a ver. —Sí y eso no está para nada bien, Axel. Ya la has dejado ir y has roto en mil pedazos el corazón de esa pobre chica—me recriminó—no puedo creer que
Capítulo 97VALENTINA Días antes de entrar a la Universidad, Sofía y yo, nos fuimos de compras y a veces también nos acompañaban Rodrigo y Max. Sofía tenía demasiada ropa y todavía se dio el lujo de comprarse mucha más. En cambio, yo me conformé con solo comprar unas cuantas prendas. Tenía que ir sabiendo administrar bien el dinero que tenía, pues si no, me iba a quedar sin nada y eso no podía pasar. Tenía que guardar para mis comidas, para gasolina y para mis gastos personales. —Vale, ¿me estás escuchando? —dijo Sofia—parece que estás en otro mundo. Ahora que hemos venido de compras solas sin Rodrigo y sin Max, deberíamos aprovechar para ir a ver las tiendas de lencería y para comprarnos unos trajes de baño. —Sí Sofía, te estoy escuchando—respondí—lo que pasa es que me quedé pensando que yo no puedo gastar mucho dinero y no me lo tomes a mal. Ya no estoy trabajando en las cabañas y, de hecho, quisiera ver a corto plazo para encontrar un trabajo.
Capítulo 96AXEL Trataba desesperadamente de no pensar en Vale, pero era inútil. Aunque aquí en la ciudad donde vivo ahora, nunca estuve con ella, siempre está presente. En cada pareja enamorada, en cada canción de amor, en cada vez que llueve y recuerdo todas esas veces que nos mojábamos juntos, en cada locura que viene a mi mente, está ella siempre presente. Estoy caminando por el centro de la ciudad con Bobby, en espera de Asereth que está de visita en la ciudad, ya que la pobre, está muy preocupada por mí. La vemos venir a lo lejos y Bobby se suelta de la correa, para ir a recibir a mi amiga primero que yo, apenas se baja de su auto donde nos quedamos de ver. —Qué efusividad, Bobby—dijo emocionada, al tiempo que acaricia a Bobby—veo que alguien al menos, está de buen humor. —Hola amiga—me acerco y la abrazo—parece que hace siglos que te vi y no ha sido tanto, ha sido desde la fiesta de despedida de Vale. —Hola, Axel. Pues sí, no ha s
Capítulo 95VALENTINA Lo primero que hicimos Sofía y yo llegando a la ciudad, fue que nos instalamos en su casa o mejor dicho en la residencia que tenían en la ciudad sus padres. La casa era todo lujo por fuera y más lo era por dentro. La familia de Sofía, no cabía duda que tenían mucho dinero y quién lo iba a decir que ahora, yo iba terminar viviendo con ella. La recámara que me había tocado estaba hermosa, tenía una vista increíble y un closet enorme de piso a techo, ya me imagino que Danna se volvería loca en este lugar con todo lo que le gusta la moda, estoy segura que ella llenaría este closet lo más pronto que pudiera. Acomodé un poco mis cosas, cuando me di cuenta que tocaban la puerta. Quise levantarme a abrir de un salto, pensando que podía ser Axel, pero de inmediato me quité esa idea de mi mente, él no tenía forma de conocer la dirección de la casa de la familia de Sofía.—Vale, tienes visita—se asomó Sofía a decirme—te está esperando en la sala.—¿Yo? No, no lo
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