Lukan sonríe de forma sombría, el brillo cruel en sus ojos hace que Kesha se sienta aún más inquieta.
— Por ahora, si coopera, será solo una conversación. Si no… — responde, su voz suave, casi desdeñosa, mientras su mirada fría se posa en Sasha. — Tendré que usar métodos más… eficaces. Tal vez sean un poco dolorosos.
Kesha siente su estómago revolverse al escucharlo. Mira a Sasha, quien intenta mantener la calma, pero el nerviosismo en sus ojos es evidente.
Luciana sacude la cabeza en negación. No importa lo que haya en ese mensaje, Miguel jamás permitiría que le infligieran dolor. Ni siquiera cuando rompió el vínculo lo permitió, mucho menos ahora que lo sentiría todo el doble.
— No puedes lastimarla — empieza Luciana, pero duda en decir que Sasha es la compañera de Miguel. No sabe si puede o no revelar eso. — No olvides que es una hembra y, aunque no sepamos cuál es la relación entre ellas, sigue siendo una humana y…
— Ahórrame tu discurso, vieja — la interrumpe Lukan, su voz llena