Capítulo 31.
Todo el lugar era igual al de una mazmorra de tortura, Clara debía mantenerse tranquila, aunque el tufo a muerte y sufrimiento la envolvió de forma inevitable.
Sin pensarlo dos veces, comenzó a caminar en dirección de su futuro Mate.
— ¿Qué pasó aquí?— Repitió esta vez más segura de lo que decía— ¿Estás bien? ¿Intentaron atacarnos?
Los segundos parecieron ralentizarse, la respiración agitada y el rostro salvaje y fuera de sí mismo de Malcolm le provocaba un escalofrió por la espalda.
— La maté. — Fue todo lo que dijo Malcolm aun sin poder creerlo.
Toda la habitación se impregnó de un silencio atronador.
Mientras esto sucedía, a las afueras del territorio de la manada Garra Dorada, Oleika se encontraba desesperada intentando salir de un hoyo enorme, parecía una trampa de caza.
— Por favor Diosa ayúdame a salir de aquí— suplicaba una y otra vez la pelirroja al mismo tiempo que intentaba escalar por unas paredes de tierra completamente suelta, no había encontrado un solo punto de agarre e