Capítulo 212.
El aire se había hecho más firme como si una especie de sabana invisible las rodeara, consolándolas en silencio.
Y en ese momento la morena, esa guerrera que toleraba la tortura de ser arrastrada durante horas sin quejarse, extiende una mano y la coloca en el hombro de la princesa destrozada, dándole consuelo solo por unos segundos para después decir con la voz más firme y dura que había utilizado jamás.
— Nada en esta vida es sencillo, hasta los árboles si se rompen vuelven a renacer, eres la princesa, la indomable princesa de la manada Luna Creciente, la primer hembra de ese linaje en siglos destinada a la grandeza, destinada a cambiar esta realidad y nadie dijo que fuera sencillo— dice como un susurro la guerrera pero alguien lo tiene que hacer y tú… solo tú eres capaz de conseguirlo— declara Karol al mismo tiempo que con su mano le levanta el rostro inundado en lágrimas a Clara.
La princesa sintió un escalofrío al observar la mirada decidida, confiada y sobre todo impenetrable de