Celeste sostuvo a su hijo en sus brazos con lágrimas en sus ojos y estas fueron aún más cuando Xana, con ayuda de White que aguantaba el pie herido del cachorro, comenzó a hurgar en la herida. Pocos segundos después el pequeño se sacudió ante el dolor.
-Aguántalo duro, o puede enterrarse mucho más- Xana intentó maniobrar lo más rápido que podía para aligerar el sufrimiento del pequeño.
White controlaba su fuerza en lo que sostenía el tobillo del paciente, y tuvo que aguatar rápido el otro que iba directo al rostro de Xana.
-Alfa, lo siento- Celeste intentó disculparse, pero White negó.
-No hay razón para ello.
La mujer apretó sus labios y besó la coronilla de la cabeza de su hijo. En todo aquel proceso su pareja entró y palideció aún más. Incluso el alfa tuvo que usar sus feromonas para mantener a raya al lobo, ya que podía reaccionar de forma intuitiva al escuchar los quejidos tanto de su pareja como de su hijo.
Pasaron al menos dos minutos más cuando Xana se enderezó poniendo un peq