En la lucha por salir de la miseria que lo arropaba, Manuel Zúñiga pone en venta la virginidad de su única hija. En su afán desmedido de poder, aceptó un contrato matrimonial con un importante CEO, solo que después de la boda encontró el candidato perfecto para su propio beneficio, pues, Héctor Rinaldi, un temido y respetado Mafioso, quien se interesó en la inocente y virginal chica desde que sus ojos se deslumbraron al conocerla, le ofreció poder y la posición con la que había soñado Manuel durante toda su vida. Solo que el amor y la verdad son armas letales que prevalecen por sobre la maldad y el deseo desmedido de poder. Amanda es tierna e inocente, pero su inteligencia y el amor de su corazón la guiarán y llevarán al camino correcto. ¿Amor o poder? ¿Qué tan valiosa es la belleza y pureza?
Leer másMi nombre es Amanda Zúñiga soy la hija del panadero del pueblo colonial. Toda la vida la pasé junto a mi padre sin conocer su verdadero corazón, pues al cumplir mi mayoría de edad, él me presentaba con diferentes personas sin saber que yo era parte de su negocio.
Cumpliendo los 20 años fui casada con un importante CEO, pero también estaba en la mira de un temido mafioso quedando atrapada entre dos hombres poderosos y un padre sin corazón y sumamente ambicioso.Durante todo el camino descubrí secretos y verdades que lastimaron mi corazón y de todo lo sucedido, lo único que le agradezco a mi padre, es aquel matrimonio contractual, un matrimonio que se convirtió en lo mejor que me pudo haber pasado en la vida.¿Deseas conocer mi historia?©©©©©Una chica alta, delgada, de cabello castaño, ojos claros y mirada tierna. Ella jamás pensó que la vida la pondría en la situación en la que estaba en ese momento y no tenía otra opción.—Tienes una hora para presentarte con el jefe ¿Por qué aún no estás preparada?—¿Ha venido mi padre?—No tienes derecho a hacer ninguna pregunta —esa mujer se acercó y sostuvo fuerte su brazo, sometiendo a la chica contra la pared y mirándola fijamente a los ojos, desafiándola con una mirada fuerte.Amanda no tuvo otra opción que seguir las órdenes que les fueron dadas. En ese momento ella entró a la bañera, tomó un baño mientras sus lágrimas caían como cascadas, luego caminó a la habitación y fue cuando vio un gran vestido blanco sobre la cama.Ella no podía creer lo que veía. Fue invitada a una reunión y debía ir vestida de novia. Su angustia crecía mientras los minutos pasaban, pues ella pasó toda la vida junto a su padre, un panadero del pueblo que trabajaba hasta el cansancio y estaba lleno de deudas.—Antes de vestir ese vestido blanco debes de pensarlo bien, pues si no eres una mujer pura y virgen, lo que vivirás será un infierno —escuchó una vez más la voz de aquella mujer.Ella no entendía nada y cada cosa que sucedía solo la confundía más —¿Te puedo hacer una pregunta?Le parecía molesta aquella chica, pero aun así decidió escucharla.—¿Qué deseas preguntar?—Es que todo esto es nuevo para mí, y no sé de qué se trata ¿Podrías informarme lo qué está sucediendo?—Seré muy directa contigo porque me has producido lástima por unos minutos —ella caminó hacia la chica mirándola con el rabillo del ojo por lo tímida e inocente que se veía.Amanda esperaba con ansias, pero ella la hizo esperar aumentando su desesperación.—María, el jefe espera a la chica. Sabes muy bien que él odia esperar.—Ya vamos para allá.Antes de iniciar a hablar, le ordenó ponerse un vestido veraniego y calzados cómodos.—Antes del mediodía llegarán para maquillarte y arreglarte, ya que tu matrimonio será a las 5 de la tarde en el jardín de la casa. ¿Con quién te casarás? ¡Eres una chica con mucha suerte! Te casarás con un importante hombre de negocios y gran CEO de las empresas de telecomunicaciones más exitosas del momento. Elliott Walton.Esto fue de gran impacto para la vida de la joven, pues ella soñaba con llegar al altar con el hombre que amaba y tener una familia numerosa. Jamás pensó que su boda sería de esa manera, e incluso pensó que por el sarcasmo con el que aquella mujer estaba hablando se podría tratar de una mentira o alguna broma.—¡María! —la interrumpió el ama de llaves una vez más, haciendo que saliera de la habitación en compañía de la joven.Juntas entraron a una sala comedor inmensa que tenía aquel lugar. Todo estaba decorado con flores delicadas, jarrones altos, candelabros finos, las mesas se veían con finas copas y todo estaba listo para una gran boda.Aquello llamó la atención de la joven y no había notado aquel caballero que estaba justo frente a ella. Cuando logró verlo, ya estaba muy cerca y él la miraba con mirada fuerte, era un rostro sin ninguna expresión. Él la miraba directo a los ojos y no sabía que sentir en ese momento, así que solo temblaba junto a su pupila.—¿No piensas saludar?Ella de inmediato bajó la mirada —¡Buenos días, señor Peter!—¿Sabes por qué estás aquí?—No, señor—¡Mírame a los ojos cuando te hablé! —Ella saltó cuando escuchó aquel tenor de voz tan agudo y mandatario.Ella lo miró a los ojos y allí mantuvo su mirada aunque temblaba por completo —No, señor. No sé por qué me trajeron a este lugar.—Te han traído porque en esta tarde te convertirás en mi esposa. Los detalles lo sabrás más adelante.Sin poder evitarlo dejó escapar una lágrima que recorrió su mejilla, pues sentía que ese hombre podía ser cualquier cosa, menos el esposo que alguna vez soñó tener.—¿No vas a decir nada? —le preguntó molesto, pues Elliott era un hombre deseado por muchas mujeres y lo último que quería hacer era obligar a alguien a mantenerse a su lado.—¿Qué puedo decir? —respondió junto a un gran suspiro.—Llegaron los encargados de preparar a la novia —escuchó al ama de llaves, informarle. —Vamos señorita.Amanda miró a Elliott a los ojos y cuando pensó en despedirse, él sostuvo su brazo.—Si no eres una mujer pura y virginal, no te atrevas a venir ante mí, vestida de blanco, porque lo lamentarás tanto tú, como tu padre.Cuando terminó de decir esas palabras se marchó subiendo las escaleras sin volver a voltear a mirarla. Para Amanda todo era desconocido, estaba asustada y lo peor era que no sabía cómo había llegado a ese lugar. ¿Dónde estaba su padre? ¿Qué pasaría con ella? Las preguntas la inundaron.—Soy Sarah, el ama de llaves de este lugar y quién tratará de guiarte por el camino correcto.Antes de regresar a la habitación, ambas tuvieron una conversación en la cual Amanda se enteró de que debía casarse en ese día y que no tenía ninguna otra opción, pero era diferente, ya que sabía lo que estaba sucediendo, así que esos 30 minutos que pasó junto al ama de llaves la hicieron entender muchas cosas.Durante 2 horas fue sometida a maquillaje, cambio de peinado, fotos y críticas positivas por la belleza de su rostro y lo tierna que podía ser ella. En ese momento sentía todo tipo de emociones, menos felicidad.—Hora de ponerte el vestido, en 30 minutos iniciará la boda.Allí estaba ella, con un enorme vestido de novia, blanco como nieve y con un enorme velo. Se miraba en el espejo y no creía lo que estaba sucediendo, pero ya estaba consciente de que no había vuelta atrás y en ese día debía contraer matrimonio y convertirse en la señora Walton.—Ya es momento —escuchó al ama de llaves y una vez que arreglaron su velo ella inició a caminar.En el pasillo encontró unos ojos que la miraron con odio, era una chica que estaba junto a la sirvienta que la había acompañado antes. No sabía si eran los nervios, pero la chica se veía enojada y con deseo de hablarle.Unos pasos más adelante olvidó todo, ya que debió caminar hacia el altar mientras escuchaba la marcha nupcial.Ese apuesto y serio hombre la miraba directo a los ojos desde que inició su entrada, hasta que tomó su mano.—Si estás aquí y luciendo ese vestido que representa pureza, es porque te atiende a las consecuencias de una mentira.Ella asintió —Sí, señor.Fue en ese momento que juntos hicieron los votos matrimoniales. El matrimonio se llevó a cabo de manera normal.—Si hay alguien de los presentes que se oponga a este matrimonio, que hable ahora o callé para siempre.—¡Yo me opongo! —se escuchó un gran ruido en la puerta y todos los invitados voltearon a mirar.—¿Qué hace esa mujer en este lugar? —preguntó Elliott cambiando de color por el enojo —¡Qué la saquen de mi presencia!Amanda estaba aterrada por lo sucedido. Ella veía como todos murmuraban y parecía tener conocimiento de lo que estaba pasando.Ese día pensaba que perdería su estabilidad mental por completo. Ni siquiera sabía cómo podía continuar de pie.—Puede seguir con la ceremonia —ordenó con rostro molesto y sonrojado por lo que acababa de suceder.Continuó la ceremonia sin más interrupciones y después de declararlos marido y mujer. Elliott procedió a levantar el velo y besar aquellos tiernos labios.En su mirada encontró miedo, pero también inocencia e ingenuidad. Ella se sonrojó después del beso y lo miró a los ojos, incrédula de que el hombre que tenía frente a ella, se había convertido en su esposo.—Legalmente, eres la señora Walton.La celebración continuó y Amanda solo quería que todo terminara para poder descansar, pero en ese momento llegó a su mente la noche de boda y cuando buscó a su esposo con la mirada, enseguida lo encontró y él también la observaba.—Debes estar tranquila, señora —se acercó el ama de llaves al notar que estaba a punto de colapsar.—¿Qué hago? ¡Tengo mucho miedo!—Lo primero que debes hacer es relajarte. Ven y te acompaño a cambiar tu enorme vestido para que estés más cómoda.¿Cómo la vida de una persona podía cambiar tanto en un solo día? Amanda solo se refugiaba en que se trataba de una pesadilla de la cual despertaría muy pronto.¿De verdad la paz había llegado a la vida de Amanda? Pasaban los días y con ella experimentaba su nuevo rol de madre. Lo más impactante era que se habían acabado los problemas y su matrimonio se fortalecía cada día.Liam estaba recibiendo terapia y por complacer a Amanda en su petición de avances importantes, también habían iniciado secciones estéticas que lo hacían ver apuesto y sentía más seguridad en sí mismo.—Hija. —Se presentó Ana y los gemelos la recibieron con gran algarabía y amor notorio.—Pensé que no vendrías a verme hoy.—He venido a informarte que me iré de viaje junto a Leo. Es un viaje de negocios y él me ha pedido que no lo deje solo.En los ojos de Ana se podía apreciar la tristeza por la despedida. Más porque sus nietos se habían encariñado mucho con ella y era mágico estar en su compañía.—Espero que tengas un excelente viaje. No puedo ser egoísta y dejar a Leo sin su esposa.—¡De verdad lo voy a extrañar demasiado! —De inmediato sus ojos se nublaron con cada palab
Después de lograr su objetivo, Helen estaba feliz, pero a partir de ese día había perdido la paz. Los mareos fuertes y desestabilizantes se apoderaron de su cuerpo, haciendo que la mayor parte del tiempo estuviera en la cama.Con los días se sumaban dolores fuertes e incómodos de cabeza y los mareos no querían desaparecer. Todo parecía a la fuerza y su embarazo no parecía avanzar.—Señora —se presentó María. Ella se había enterado de lo que estaba sucediendo y decidió regresar con ella y estar a su lado.—María. Siento que la vida se me escapa.—Solo son malestares del embarazo, estoy segura de que con el tiempo va a recuperar la salud y finalizando el ciclo de gestación estarás como nueva.—No, María, ya estuve embarazada y no se siente de esta manera. Ha pasado mucho tiempo desde que no me siento bien y no cambia mi condición.María se exaltó bastante con esas palabras, pues jamás había visto esa mirada aterrada de su jefa. Ella hablaba como si no quería continuar y se había rendido
Con cada paso y en conjunto a las palabras de Helen, se volvían confusas sus ideas, pues en un instante hasta regresó al momento en que Manuel le ofrecía a su hija a cambio de dinero y posición.«Flashback»—Aquí estoy, señor Rinaldi. Es un placer poder conocerlo en persona.—No estoy necesitando personal y no sé de qué está hablando.—Usted mismo me invitó a este lugar. Permítame presentarme, mi nombre es Manuel Zúñiga.—Usted. —Él se apartó para poder hablar en privado. —¿Usted es la persona del anuncio en la web?—Así es. Soy el padre de la chica que aparece en las imágenes. Bonita, ¿cierto?—Me interesa que sea pura, pero lo más interesante es que sea inteligente, pues sería muy buena candidata para convertirse en la madre de mi futuro heredero.—Ella es quien ha llevado el negocio familiar. Es quien se encarga de las finanzas y por su estrategia está funcionando mejor de lo que incluso pensé en un inicio.—Suena perfecto.—Ofrezca una cantidad que me pueda convencer y será la señ
Terminó la llamada, pero el cuerpo de Amanda se encendió en llamas, pues con la petición de su padre se había quedado entre la espada y la pared.Se le veía desorientada mientras se miraba al espejo, pues no podía dejar de pensar en la exigencia de su padre. Elliot entró a la habitación y al ver que aún estaba mojada, se dirigió a ella, pero parecía que hablaba solo, ya que ella no respondía.—¡Amor! —ella se espantó cuando él la tocó. —¿Qué sucede?—¡Por favor, vámonos lejos! Regresemos a esa isla que nadie conoce, así ese hombre no me podrá encontrar.Ella temblaba y se veía realmente alterada. El panorama no se veía bien y Elliot de inmediato se preocupó, así que la acompañó al closet para hablar en privado y así conocer lo que le sucedía a su esposa.—¿Quieres que llame a tu madre o quieres ir a emergencias?—No. Yo quiero que nos vayamos lejos, donde nadie nos encuentre.—Me quieres contar lo que sucede.Ella le contó sobre la llamada y por cómo se veía, Elliot de inmediato supo
Lo que sus ojos veían lo llenaban de felicidad, pues en ese cuarto de hospital estaba todo lo que amaba y mucho más... Con pasos lentos y una gran emoción que rebosaba su pecho, se acercó a los gemelos y al conocerlos se estremeció por completo. Ver esas pequeñas personitas que él había creado. Sangre de su sangre… Le parecía un sueño, pero un hermoso y perfecto sueño.—¡Son perfectos! —enseguida llevó su mirada cálida y emocionada hasta donde se encontraba Amanda. —Gracias por tan hermoso regalo. No tengo con qué agradecerte la inmensa felicidad que hoy siento en mi pecho.—Solo te pido que seas un padre para mis tres hijos —acarició el cabello de Liam. —Un padre presente y que solo les brinde amor y protección.De los ojos de Elliot salieron lágrimas. Él no sabía cómo llamar a todo lo que estaba sucediendo en su interior en ese momento, pues la emoción era fuerte y la sentía en lo más profundo de su alma.—No puedo prometer lo que por derecho me corresponde hacer. De nuevo, gracias,
Todo se había nublado y el miedo se apoderó por completo del cuerpo de Amanda. Su cuerpo estaba tan tensó, que no podía pensar con claridad y solo se hacía culpable de ver a Liam tirado en el suelo y con una mancha de sangre evidente.—Hija, ¿estás bien? —se acercó su madre, pero ella no escuchaba nada y sus ojos estaban directamente clavados en el pequeño, mientras sentía todo su cuerpo tensado e inmóvil.—Llamen a una ambulancia —gritó Elliot en cuanto vio la sangre. —¿Qué has hecho, hijo?—Estoy bien, papá. ¿Amanda está bien?En ese momento él miró a su esposa y descubrió sus ojos de espanto y su color de piel totalmente pálido.—Ella está bien, algo asustada, pero bien.Él no quería asustar al pequeño, pero lo que veía no le gustaba para nada. Amanda estaba en shock. Él no sabía si era debido al susto o también había resultado herida. Ese momento fue perturbador y pausado para él, ya que no quería separarse de hijo, pero necesitaba estar con su esposa.—Señor, lo ayudaremos a llev
Último capítulo