74. Eres mía
Capítulo 74
Cuando salieron del carro, ambos estaban despeinados y con la ropa mal puesta. Nora intenta acomodarse en vano mientras baja, con los labios hinchados y las mejillas encendidas de un rubor que no logra disimular. Camina rápido, con la intención de escabullirse hasta su cuarto sin que nadie note lo evidente, pero parece imposible. En menos de cinco minutos ya se ha cruzado con dos empleadas y tres guardias que saludan con respeto, aunque con miradas que lo dicen todo.
Silas, en cambio, se ve absolutamente tranquilo, casi satisfecho. Lleva las manos en los bolsillos y una sonrisa apenas dibujada en la comisura de los labios, como si disfrutara el desorden que provoca en ella.
—No mires así —le susurra Nora, apretando el paso.
—¿Así cómo? —pregunta él con fingida inocencia, inclinándose a su oído.
—Como si… como si hubieras ganado algo.
Silas ríe bajo, un sonido grave que le hace cosquillas en la piel. —No lo dudes, Nora. Siempre gano contigo.
Ella sacude la cabeza, intentand